lunes, 27 de septiembre de 2010

Jabones de oliva y sal marina: el mar en casa

Se acuerdan de esa sensación en la piel al salir del mar, en esos días de playa? La textura y el perfume que quedan en la pie, y la sensación de bienestar en todo el cuerpo después de una zambullida al mar?
Yo no podía sacármela de la cabeza y de los registros sensoriales, así que me puse a trabajar para hacer un jabón que me dejara la piel (y los sentidos) así.
Así que hace cosa de un mes, armé una fórmula con aceite de oliva extra virgen (súper nutritivo), aceite de coco (que hace una espuma estupenda) y aceite de ricino (que ayuda muchísimo a regenerar la piel), y por supuesto, una generosa cantidad de sal marina.
Y hoy estoy disfrutando de mis baños de mar en cada ducha!

Las razones para usar sal marina en un jabón exceden lo puramente “sensorial”. La sal marina tiene muchísimas bondades. Contiene minerales curativos que gracias a su capacidad regeneradora y por su parecido con el plasma sanguíneo, permiten al cuerpo absorberlos fácilmente. Sus componentes son la clave: el manganeso reactiva la circulación, el zinc tiene propiedades antioxidantes que al igual que el calcio evitan el envejecimiento de la piel. El azufre oxigena las células y evita la caída del pelo, el magnesio contribuye a relajar los músculos cuando tenemos estrés y el selenio tensa la piel y deja la epidermis en buen estado.
Mediante una baño de sal, nuestro cuerpo absorbe estas propiedades y ayuda a la circulación, aumenta los niveles de serotonina, reduce el estrés y eleva el estado de ánimo, mejora el sueño, disminuye la presión arterial y reduce los dolores musculares y la inflamación, mejora la eliminación de toxinas, mejora la absorción de nutrientes, ayuda a prevenir las migrañas y además es un emoliente natural.
Otro truco: la sal marina es ideal para combatir la caspa, se masajea con sal el cuero cabelludo, y luego se lava como habitualmente.

Por esos y otros motivos, la sal marina es una bendición...Y yo que creí durante tanto tiempo que el mero hecho de ir a la playa era lo que me hacía sentir tan eufórica :-)

No quedan muchos: si a esta altura del año ya estás soñando con esa zambullidas en el mar y no podés esperar al verano, pedí ya tus jabones de oliva y sal!

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